Los hábitos de los consumidores no son inmutables, se ajustan a las circunstancias.
El consumidor debe considerar inicialmente el ingreso que percibe, por la o las actividades económicas que desarrolla y luego, programar el gasto en los bienes que necesita.
Es "lo que necesita" el problema, porque cada consumidor lo determina en base a muchos aspectos, como por ejemplo: sus gustos, la moda, la presión social, etc., por ello se dice que la curva de demanda no está únicamente determinada por el precio del bien, sino por muchos otras factores que influyen en la decisión del consumidor.
Es el consumidor que a través de la satisfacción que le provoca el bien deseado, así determina la importancia o utilidad que dicho bien tiene para él.
Dicha satisfacción o utilidad se considera un sentimiento subjetivo porque un mismo bien puedo ocasionar diferente satisfacción a diferentes consumidores, para uno sera importante y para otro no.
Esto a provocado criterios encontrados en tratar de considerar la importancia de la utilidad, existe el criterio de la Teoría de la utilidad cardinal y la Teoría de la utilidad ordinal. La primera indica que se puede medir cuantitativamente la utilidad que brinda un bien a un consumidor y la segunda, indica que no se puede, que únicamente se puede establecer un orden de prioridades, es decir un orden de preferencias por el consumidor.
Por ejemplo (teoría de la utilidad ordinal), el consumidor que prefiere una bebida a otra, su preferencia es por sabor, tamaño, precio, etc. pero no puede decir que su preferencia por un producto es 5, 4, 3, o 2 veces más que el otro producto.
Desde el punto de vista de la Teoría de la utilidad cardinal, la utilidad es una magnitud medible y se puede ejemplificar así: Consumir un producto puede proporcionarme el doble de satisfacción que me proporciona otro. Consumimos un producto y a medida que aumentamos el consumo de dicho producto, cada unidad adicional nos proporciona aumento de felicidad o de utilidad y a esta acción se le denomina utilidad total.
Lo importante de dicho comportamiento es ver a qué ritmo crece dicha utilidad total, por ello se describe una nueva utilidad, la utilidad marginal, que significa o que mide el aumento de la utilidad total cuando la cantidad consumida del bien aumenta en una unidad.
La utilidad de un bien se ve incrementada con el consumo de la siguiente unidad del bien, pero su crecimiento es cada ves menor, pues cada unidad adicional satisface menos y menos, por ejemplo una comida. Por lo anterior, se dice que la curva de utilidad total, crece pero a un ritmo decreciente y que la utilidad marginal también es decreciente; entonces se concluye que la utilidad marginal disminuye conforme aumenta el consumo de un bien (Ley de la utilidad marginal decreciente).
Profesor Luis González.
Fuente bibliográfica Microeconomía
con aplicaciónes a América Latina
Francisco Mochón Morcillo
Universidad Nacional de Educación a Distancia España.
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